LA REVOLUCIÓN MEXICANA: ETERNA LUCHA DE CLASES (continuación...)

Pocos meses después es elegido presidente de la República y José María Pino Suárez vicepresidente. Sin embargo, los conflictos no terminan, Zapata se rebela contra Madero, porque no atiende los problemas del campo y, el 25 de noviembre de 1911, proclama el Plan de Ayala, en el que exige la repartición de las tierras a los campesinos. Huerta es enviado a combatirlo. En otras partes del país estallan revueltas, porque los revolucionarios estaban inconformes con las medidas tomadas por el nuevo presidente. El domingo 19 de febrero de 1913, comienza el sangriento episodio conocido como La Decena Trágica, decena porque dura diez días y trágica porque mueren miles de personas, en su mayoría inocentes. Los generales Félix Díaz y Bernardo Reyes, al mando de alrededor de dos mil hombres, se sublevan y atacan a los maderistas desde la ciudadela. Madero comisiona a Huerta para que acabe con los combates, pero este aprovecha la oportunidad para ordenar el asesinato de Madero y Pino Suárez y se apodera del gobierno. Venustiano Carranza se levanta contra el usurpador, proclama el Plan de Guadalupe y organiza el Ejército Constitucionalista, y logra derrocar a Huerta. Al ser electo Presidente de la República, Carranza convoca a un Congreso Constituyente, para que se reformara la Constitución de 1857. El congreso se reúne en Querétaro y proclama la nueva Constitución el 5 de febrero de 1917, la cual aún está vigente. En 1917, Zapata es asesinado, en 1920 Carranza y, en 1923 Villa. La violencia continúa, pero los enfrentamientos ya no tienen como objetivo acabar con las injusticias sociales, ahora se convierte una lucha para obtener el poder. Finalmente, en los años 30 Lázaro Cárdenas asume la presidencia y atiende personalmente las demandas del pueblo, promueve la formación de los sindicatos y expropia el petróleo y los ferrocarriles.